20 mar 2011

RECITAL 18 MARZO "POESIA ENTRE LAS DOS ORILLAS"


La Asociación Literaria Rey Fernando participó el pasado viernes 18 de marzo en el recital de “POESÍA ENTRE LAS DOS ORILLAS” como parte del festival "UN PUENTE HACIA LA HABANA" que se viene celebrando desde hace 4 años consecutivos.
Tuvimos el gran placer de participar en este acto con compañeros estupendos leyendo textos de poetas hispanoamericanos y los nuestros propios. Amparo Sanz Abenia, presidenta de la asociación  presentó el acto y leyó junto con Eusebio Aguilera, David Ubico, Ricardo Fernández Moyano, el rapsoda Jorge Amar y la jovencísima Cristina López Aliaga que supo ganarse al público con su naturalidad. También contamos con la suerte de poder compartir la experiencia con Silvia Castro, Premio de Poesía Aquileo Echeverría Costa Rica 2010.
La hora y media que duró el acto, estuvo amenizada con la exquisita actuación musical de Ludmila Mercerón que nos deleitó con su voz y sus canciones acompañándose al piano.  Fue muy aplaudida en todas sus actuaciones.
La sala se llenó de público de todas las edades y resultó un acto entrañable y divertido tanto para los que participamos como para los que acudieron a compartirlo con nosotros.

¡Gracias a todos por vuestra amable compañía!


El mundo de la poesía nos enseña cada día que hay que ganar continuamente en humildad. Siempre hay mucho que aprender de tanta gente...
Aquí os dejo como muestra uno de los poemas que leí de Olga Orozco, seducida inevitablemente por su transcendente belleza. 

CONVERSACIONES CON EL ÁNGEL (OLGA OROZCO)

Contigo en aquel tiempo yo andaba siempre absorta,
siempre a tientas, a punto de caerme, pero indemne y eterna,
tomada de tu mano.
Ya casi te veía, lo mismo que al destello de un farol en la niebla,
una señal de auxilio en la tormenta.
Sí, tú, mi sombra blanca, transparencia guardiana,
mi esfinge azul hecha con el insomnio y el íntimo temblor de cada instante,
igual que una respuesta que se adelanta siempre a la pregunta.
Sin duda en algún sitio aún estarán marcados tus dos pies delante de mis pasos
porque te interponías de pronto entre mi noche y el abismo.
Sospecho que convertías en refugios dorados mis peores pesadillas,
que apartabas las setas venenosas y las piedras sangrientas
y venciste acechanzas y castigos.
Tal vez hasta me contagiaras la sonrisa
y lloraras después un larguísimo tiempo con mis lágrimas, vestido con mi duelo.
Después, mucho después, en esos años en que creí perderte
en algún laberinto o en una encrucijada;
fue cuando me dejaste a solas, tan mortal, en el destierro.
Quizá te convocaron de lo alto para un duro relevo,
y acudiste como un vigía alerta sin mirar hacia atrás,
aunque a veces descubrí tu perfume de nube y de jazmín en una ráfaga
y hasta palpé la suavidad que deja la huida de una pluma debajo de la almohada.
Ahora, ya replegada toda lejanía con un golpe ritual,
como en un abanico que se cierra,
frente al fuego donde arde de una vez el lujoso inventario de todo lo imposible,
no aquel contra el que lloraríamos como estatuas de sal a la inocencia,
su mirada de huérfana perdida,
sino el otro, el incierto, el del principio y el final,
donde comienza tu oculto territorio impredecible,
donde tal vez se acabe tu pacto con el silencio y mi ceguera.

2 comentarios:

Inés Ramón dijo...

Hermosas fotografías de un evento que, sin duda, ha sido una gozada. Cuánto lamento no haber podido llegar, pero gracias, Anaís, por compartirlo con todos.Un abrazo.

Anaís Pérez Layed dijo...

Inés, ya habrá otros recitales, el motivo fué totalmente ajeno a tu voluntad y justificado. No te preocupes, seguro que la casualidad obró en tu favor y así te sirvió para descansar, te habrá sentado genial para recuperarte antes...
Un beso