Foto: Anais P. Layed (San Salvador)
Un ángel blanco desde las ramas de un árbol agitando sus alas me saluda, para no delatarse simula ser una bolsa de plástico que llegó a esa atalaya casualmente y descabalgó de la grupa del Cierzo.
Engaña su disfraz, nadie lo mira. Una hoja cae y acaricia mi pelo con aroma de plumas y percibo el amor -como un perfume- que vibra entre sus manos. |
3 comentarios:
Espero disfrutes del lugar más propicio de la tierra.
Abrazos atronadores.
El amor es un sentimiento universal, espero que ese ángel nos toque a todos......
Ana, a quien no le toca es porque se obstina en cerrar los ojos. Hay que tenerlos siempre abiertos para que de vez en cuando batan como mariposas, como en los dibujos animados manga,ja,ja... Receptividad a la vida que de vez en cuando sorprende.
Un besito
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